Sobre nosotros

2017 – present

Historia 

En Julio de 2017 inicia su andadura El Cuartelillo como oferta gastronómica diferente a la habitual en El Tubo de Zaragoza.

EL COMANDANTE

Nosotros

Luis Falcón, gerente, propietario y “Comandante de Puesto” del Cuartelillo trata de ensalzar con este local la labor de todos aquellos que renunciando al suyo propio, protegen el bien común.

Bar con solera

Tus mejores momentos

Son aquellos que pasas en buena compañía, en un ambiente agradable y disfrutando de lo que más te gusta.

Nuestro local

El local está decorado con la colaboración de muchos de nuestros clientes que han querido aportar su granito de arena proporcionando ese valor añadido y ese sabor de lo auténtico que no se puede alterar con nada. Además, dispone de un amplio de espacio de terraza para disfrutar del popular entorno del Tubo, mientras degustamos cómodamente nuestras tapas preferidas.

Nuestra filosofía

Misión

Nuestra misión es la satisfacción de nuestros clientes y amigos. Nosotros ponemos el condumio, pero vosotros sois los auténticos protagonistas, dotando al lugar del fabuloso ambiente que se respira.

Visión

En referencia a la Visión, a partir del tercer vino es un poco borrosa, pero se compensa con la irrefrenable alegría que proporciona el “zumo de uva”.

Nuestras tapas

En el Cuartelillo del Tubo se pueden disfrutar sabores tradicionales tanto en formato de pincho como en formato tapa, ración o bocatín. En el bar se combinan las tapas más tradicionales con nomenclatura castrense, sin despistar al comensal con novedosos inventos que dejan la sensación de no saber qué se ha comido.

Testimonios de nuestros clientes

Excelente bar, trato, amabilidad del servicio y riquísimas tapas variadas. Y dedicado a nuestras fuerzas de seguridad y a nuestra España.

Manuel Rodríguez Castro

Uno de los mejores Bares de la zona del TUBO. Trato del personal excelente y la decoración magnífica. Un auténtico CUARTELILLO. Sin duda volveremos a visitarlo!

Beatriz Rojo López

Sitio espectacular. Decoración impresionante. Atención inmejorable y montaditos riquísimos. Una visita obligada.

Rubén Alvarez